Museo Municipal de Bellas Artes Lucas Braulio Areco.
Posadas, Misiones - Argentina
Jaque “Mate” shâh mâta.
¨El rey no tiene escapatoria, ha sido descubierto¨, el Palacio esta “tomado”.
Acciones artísticas invaden el lugar de manera silenciosa.
1. Acción silenciosa.
Una acción, aunque sea silenciosa, pone en práctica la capacidad del arte. Situar e
integrar recursos provenientes de diferentes dominios y lenguajes para propulsar
ideales y ponerlos en visibilidad. Sin embargo, muchas acciones ponen en evidencia
su condición de pieza “armada”, sus potenciales efectos de desestabilizar, en este
caso particular, el antiguo e histórico Palacio del Mate; Jaque al “Mate”.
La densidad critica de los artistas extiende y complejiza el espacio, “embiste” al
individuo, señala y cristalizan el complejo dilema; contraponer la lealtad a uno mismo
-respetando ideas y sentimientos que nos son propios- con la honestidad de un
sistema que supone nos ampara y concede nuestra identidad.
El Palacio del Mate, fue inaugurado el 18 de octubre de 1952. Destinado a
expresiones culturales hoy, en sus dos plantas, alberga una gran colección. La
misma está conformada, entre otras cosas, por una serie de pinturas y dibujos del
Ornitólogo Adolfo Neunteufel. Además, posee una serie de Murales producidos
específicamente para el lugar. Hoy muchos de estos dibujos y murales han sido, con
el tiempo, tapados por una precaria y absurda habitabilidad; han construido
paradójicamente una historia ilustrada y permanente del abandono.
Bajo una dudosas Boiserie de madera machihembrada y múltiples capas de pintura,
aún perviven iconografías regionales pintadas por René Bruseau. Lo que el
espectador puede ver, es solo una parte de él, debajo hay millones de historias que
se han perdido, silenciado.
En innegable luminosidad Georgina Kruk, Soledad Jouliá, Érica Encina, Marcelo
Lomuto, Yiyú Finke, Sonia Abián, Alicia Menises y Paula Urquiza ponen en juego por
medio de distintos dispositivos artísticos los sospechosos olvidos del estado, el
acopio de un acervo que se pierde polvoroso en el tiempo y el regreso silencioso de
lo transfigurado.
2. Sobre las Intervenciones.
Como dice Vigo: aquí “no se trata de alterar o desviar la circulación corriente del
objeto, sino de señalarlo en su contexto, con el propósito de instalar la deriva poética
en el afuera de la institución arte, en el entorno cotidiano donde la presencia del objeto se
ha vuelto costumbre.
Así, Georgina Kruk y Érica Encina, llevan dos danzas al propio seno del Palacio.
Mientras las danzas son puestas en práctica, simultáneas, disimiles y “Sordas”, el
espectador solo puede conectarse con el movimiento. Los floreos se presentan como
una divagación estética que al tiempo se constituye en un sinnúmero de
ambigüedades. Aquí la acción aspira a rescatar y producir extrañamientos para
sospechar y dudar del lugar y del acontecimiento; poner al cuerpo como señal
sublime en contraposición con lo señalado.
Soledad Joulia, sin embargo, va tras el sonido y la luz. La voz de Lucas Braulio
–grabaciones encontradas- inunda la sala. Vibran y resplandecen con la misma
frecuencia de un fantasma. El efecto luminiscente apuesta a encontrar la frontera
entre el pasado y el presente, entre la vida y la muerte.
Y mientras Sonia Abián, Alicia Menises y Paula Urquiza investigan como
arqueólogas todo rastro evanescente, Yiyú Finke y Marcelo Lomuto ensayan otras
estrategias migrantes. Descentran los aspectos sensibles del mural; incomodan el
orden naturalizado introduciendo un desvío en la percepción ordinaria. Instalan
formas actuales y oníricas. Suspenden inmóviles y pictóricos partículas en
connivencia capaces de desatar asombro y sorpresa.
Daniel Fischer